Volcán Cotopaxi
Una vez firmado el contrato de que no se hacen responsables de que salga vivo de allá... salí a comprar algo de ropa especializada. Llegó el día, salimos tipo 10am. de Quito donde me llevó en una camioneta 4 x 4 Hernan Bonilla, alias "Nacho", un excelente profesional y persona.
En el viaje tuvimos una conversación bastante amena y en el camino nos detuvimos a comprar algunos víveres como fideos, sopa de sobre, galletas, un poco de pan, agua y chocolates.
La foto adjunta muestra la vista que tenemos desde el refugio al parqueadero.
Conforme nos acercabamos a la montaña, me vi inmerso en el sueño que había tenido ya hace mucho tiempo y se estaba haciendo realidad. Después de un par de horas llegamos al parqueadero y se veía una gran subida hasta el refugio que, con todo el equipo y mochilas nos tomo cerca de 15 minutos a paso más o menos rápido. Una vez en el refugio y luego de que nuestro guía salude a todos sus amigos y conocidos se puso a preparar la comida y yo salí a tomar algunas fotos sin siquiera tener idea de lo que me esperaba.
Luego de distraerme un buen rato entre nuevamente al refugio a comer para retirarnos a dormir temprano tipo 17h00.
En el viaje tuvimos una conversación bastante amena y en el camino nos detuvimos a comprar algunos víveres como fideos, sopa de sobre, galletas, un poco de pan, agua y chocolates.
La foto adjunta muestra la vista que tenemos desde el refugio al parqueadero.

Luego de distraerme un buen rato entre nuevamente al refugio a comer para retirarnos a dormir temprano tipo 17h00.
Para ser sincero no dormí casi nada porque a parte de la presión mental que uno siente al no estar acostumbrado a este tipo de cosas había una tormenta eléctrica que iluminaba por completo el refugio, se escuchaban algunos ronquidos de la gente y también me acoste con la estómago lleno de tanta comida.
Si bien recuerdo desayune un par de avenas Nestle (porque no me gusta la leche), con galletas y pan. Pusieron también unas canciones rockeras en un celular que fueron bastante motivantes.
Una vez terminado el desayuno empezó lo bueno, nos colocamos las chompas, gorras, pasamontañas, arnés, entre otras cosas.. y salimos del refugio a la 1am. Yo había olvidado mencionar que no tenía linterna y el guía llevaba solo la de él. Empezamos el ascenso pero el camino era muy difícil y me tropezaba continuamente por lo que me dió su linterna y él empezo a subir a oscuras por lo que yo trataba de iluminar su camino en la medida de lo posible.
Cuando llegamos a la nieve nos sentamos y nos colocamos los crampones para continuar con el ascenso y realizamos el encordamiento tomando nuestra distancia de seguridad.
Al rato empezó a soplar el viento bastante fuerte y conforme seguíamos caminando ese viento se transformo en tormenta, todo empezó a tornarse blanco y la visibilidad se hizo bastante difícil, tanto que apenas podría ver a Hernan que estaba apenas unos metros delante de mi. Nunca estuve frente a un viento tan fuerte y era una parte que me pareció peligrosa bordeando la montaña en la que el viento me podía hacer resbalar por lo que trataba de ir agarrandome con las manos y la piqueta un poco inclinado hacia la montaña y para ser sincero si me dio un poco de miedo así que me puse a rezar un poco y creanlo o no luego de caminar rezando la tormenta se fue tan rápido como vino (luego me dijo Hernán que si seguía semejante tormenta hubieramos tenido que volver porque incluso había una especie de tormenta eléctrica).
Realizamos varias paradas para tomar agua y comer algunas barras energéticas y del cansancio me sentaba un momento en la nieve pero no podíamos descansar mucho porque inmediatamente se sentía que el cuerpo se enfriaba.
Casi por llegar a la cima y cerca del amanecer nos encontramos con una pared de hielo que no parecía ser gran cosa, recibí ciertas instrucciones y luego de que Hernán subió y me aseguro empecé a escalar la pared ayudandome de la piqueta, (Adjunto foto de la pared al momento del descenso).

Cuando subí la pared casi no podía respirar y tuve que tomarme un par de minutos para recobrar el aliento y fue ahí cuando caí en cuenta a la altura que estaba.
Continué caminando para luego encontrarme con una pequeña grita que sin miedo la salté y continué...
Ya con un poco de luz del amanecer y como por obra y gracia del Espíritu Santo todo se despejo y con el cansancio que sentía pude parar un momento y ver el esplendido paisaje y las pocas nubes que había por debajo de mi. Era un amanecer increíble, era un nuevo amanecer para mi vida, algo así como volver a nacer.
Casi por llegar a la cima y cerca del amanecer nos encontramos con una pared de hielo que no parecía ser gran cosa, recibí ciertas instrucciones y luego de que Hernán subió y me aseguro empecé a escalar la pared ayudandome de la piqueta, (Adjunto foto de la pared al momento del descenso).
Cuando subí la pared casi no podía respirar y tuve que tomarme un par de minutos para recobrar el aliento y fue ahí cuando caí en cuenta a la altura que estaba.
Continué caminando para luego encontrarme con una pequeña grita que sin miedo la salté y continué...
Ya con un poco de luz del amanecer y como por obra y gracia del Espíritu Santo todo se despejo y con el cansancio que sentía pude parar un momento y ver el esplendido paisaje y las pocas nubes que había por debajo de mi. Era un amanecer increíble, era un nuevo amanecer para mi vida, algo así como volver a nacer.
Abrimos la línea y nos plantamos en la cima, y como alguien dijo: "estas ahí como en las nubes flotando en la cima con un estado de extasis absoluto".
Toda la tensión acumulada, todos los miedos, todo el agotamiento, todo el estrés... se va...!
La cima del Cotopaxi.
De regreso a Quito, estuve completamente agotado pero con la satisfación de haber realizado algo que por tanto tiempo lo tuve en mente.
Gracias Dios por esa oportunidad!!!